miércoles, 30 de noviembre de 2011

Rockefeller Center Tree Lighting Ceremony

Diciembre. Frío y nieve. ¿A quién se le ocurre venirse a New York en esta época? A cualquier enamorado de las navidades, del shopping, de la buena comida... Es el mejor momento, sin duda.

Hoy ha tenido lugar uno de los eventos más esperados por los neoyorquinos: la ceremonia de iluminación del árbol de navidad del Rockefeller Center. La historia se remonta a 1931, cuando los obreros encargados de la construcción del complejo decoraron un pino de forma humilde.


 Esta tradición ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en un auténtico espectáculo que congrega a gente de todas las edades que gritan al unísono la cuenta atrás para ver como los 8 kilómetros de cable con sus 30.000 bombilla iluminan el gigantesco abeto noruego. Coronando esta gran maravilla podemos ver la espectacular estrella de cristal de Swarovsky. Para amenizar la espera, grandes artistas entonan Villancicos tanto nuevas versiones de los clásicos, como canciones de navidad contemporáneas. Todo un auténtico show que merece la pena presenciar. 



Pero seamos sinceros, ¿cuántas personas acuden a la Puerta del Sol a comerse las uvas el día 31 de Diciembre? Demasiada gente, frío, empujones, horas y horas de pie, y enterándote de la mitad de lo que está ocurriendo. Son cosas que se ven mejor desde el sofá de casa, ¿verdad? Pues esto es igual. Paseando por la 5ª avenida, viendo los fabulosos escaparates de los grandes almacenes, he topado con un montón de calles cortadas al tráfico y la muchedumbre, que impedían caminar con fluidez. ¿Qué estaba pasando? La gente estaba apilada en el poco espacio que quedaba para ver la ceremonia en directo. Estoy hablando de que eran las 5 de la tarde y ya no se podía encontrar un solo hueco libre. Admito que en un principio se me había pasado por la cabeza el hecho de pasarme a las 8 para ver el comienzo del acto en persona, pero tras ver todo aquel barullo de gente, he seguido caminando y disfrutando de la decoración navideña. Al igual que las campanadas de Fin de Año, seguir la gala en directo desde mi casita, en pijama, con un chocolate calentito y sin la necesidad de pelearme con nadie para conseguir ver o escuchar algo, es la mejor elección.  ¡Feliz!

Ahora si podemos decir que la temporada navideña a comenzado, y con ella... ¡LAS COMPRAS!

Happy Pre-Christmas!

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